
Cuando era pequeña, coleccionaba todo lo que se podía coleccionar: heredé de la colección de sellos de mi abuelo paterno y empecé a coleccionar sellos, y me encantaba. Luego coleccioné monedas, piedras, peluches etc. Cuando la cosa se puso peor, coleccioné gomas de borrar y hasta bolsas de plástico. Me gustaba acumular, mirar una y otra vez mis tesoros.
Retener las cosas es una manera de recordar. Saber que este algo material está aquí contigo, te da una sensación de seguridad, no estás sola. Cuando una crece, se da cuenta de lo mucho que tiene que llenar este vacío que tiene dentro. Algunas personas siguen llenando este vacío comprando productos, ropa de manera compulsiva. Otras empiezan a buscar en el otro, como llenar este vacío. Esa sensación de soledad que sientes cuando eras pequeña. Cuando proyectamos en el otro, esa sensación de inseguridad, ese vacío existencial, empezamos a generar expectativas, luego vienen las frustraciones y el sufrimiento.

La visión occidental del desapego es la falta de afición o interés, alejamiento, desvío (definición de la RAE). Si seguimos esta definición, está percibida como negativa. No tienes interés y te alejas, muy mal. Si contrastamos esa visión del desapego según el mundo occidental – cabe recordar que vivimos en una sociedad muy materialista – con la visión oriental, llegamos a un interesante punto de vista.
Según la tradición oriental, el desapego es la liberación del deseo y en consecuencia del sufrimiento que éste provoca. Es uno de los principios fundamentales del budismo, hinduismo y taoísmo. El concepto opuesto en los textos budistas e hindúes se llama Upadana (apego). El apego es la incapacidad de practicar el desapego y es un obstáculo para completar una vida serena y plena.
En el Taoísmo, se habla del desapego hacia los propios pensamientos. Es una manera de separarnos a nosotros mismos de nuestros pensamientos y opiniones en profundidad para no sufrir.
¿Cómo me puedo trabajar el desapego ahora en mi vida?

Si sientes que tienes muchos apegos materiales, empieza reconociéndolo y aceptando tu realidad de ese momento. Al hacerte consciente de tu apego, podrás liberarte de ello más fácilmente. Luego, empieza por partes: no tienes que cambiar todo a la vez en una hora. Tómate tu tiempo, haz una lista de prioridades, que es fácil eliminar de tu vida primero. Por ejemplo, si tienes una casa llena de trastos que guardas «por si acaso», eso es el miedo al futuro, además no estás dejando espacio para que llegue algo nuevo. Si no has usado algo en los últimos meses o años, es muy poco probable que lo uses ahora.
Marie Kondo, la gurú del orden, nos habla en su libro «La magia del orden» que ¿realmente tenemos que amar las cosas para siempre? Por supuesto que no. Ni siquiera le podemos prometer a alguien que lo vamos a amar para siempre. Entonces, ¿un objeto? Comienza observando tu habitación o alguna estancia de tu casa donde piensas que podría ser más fácil, observa cada objeto, cógelo en tu mano, que sientes al tocarlo, te hace feliz, ¿qué te recuerda? ¿Cuando fue la última vez que lo usaste? Por ejemplo, tenía en mi habitación una foto muy bonita, color sepia de un edificio victoriano de Bath, en el Reino Unido (donde viví 4 años) con un árbol sin hojas en invierno. Compré este cuadro al irme del país, mi estado de ánimo estaba muy bajo cuando me fui, y este cuadro representaba esta emoción. Y de repente, un día, estaba haciendo yoga en esta habitación, miré el cuadro y percibí toda su melancolía y tristeza. La verdad es que no quería tener esta sensación cada vez que miraba el cuadro, así que me deshice del cuadro. Me sentí muy liberada después.
¿Y tú? ¿Con qué vas a empezar primero?
Si quieres participar en uno de mis talleres de Kundalini Yoga para mujeres, sobre desapego, relaciones de pareja, autoestima etc. rellena el formulario abajo. Todos los talleres se realizarán online.