
El origen de la celebración del solsticio de verano data de más de 5000 años antes de Cristo a raíz de la permanente observación del cielo por parte de astrónomos y astrólogos. El solsticio de verano es el gran momento del curso solar y -es a partir del 21 de junio – cuando comienza a declinar hasta el solsticio de invierno.
Antes de cristianizarse esta fiesta – y convertirse en la noche de San Juan Bautista – los pueblos de Europa encendían hogueras en sus campos para ayudar al Sol en un acto simbólico con la finalidad de que «no perdiera fuerzas». Simbólicamente el fuego también tiene una función “purificadora” en las personas que lo contemplaban. Se celebra en muchos puntos de Europa, aunque está especialmente arraigada en España, Portugal, en las Islas Británicas y en los Países Nórdicos.
La noche más corta del año, celebrada desde tiempos pre-cristianos es la noche del 23 de junio […] Estaba considerada una noche mágica en la que los seres humanos somos vulnerables a los malos espíritus, las hadas y los elementales (seres mitológicos) de la naturaleza y también a las «brujas».
Toda la actividad ritual de la noche de San Juan está enfocada en acumular y guardar aquello que sea valioso para pasar con éxito el resto del verano […]. En la península ibérica, para estas fechas la mayoría de las comunidades estaban trabajando en la recolección del trigo.
El foco ritual de San Juan se centra en honrar y acumular la beneficiosa luz del Sol y el poder fertilizador del agua lunar, uniendo ambas energías. Se realizan rituales de fuego y de agua con el objetivo de acumular y guardar para el resto del año el poder del fuego que calienta sin quemar, unido al del agua que nutre sin ahogar. El fuego participa mediante hogueras, antorchas y petardos; y el agua a través de las olas del mar, las fuentes y el rocío.
Rituales en torno a la hoguera
- Comer y nutrirse alrededor del fuego
- Saltar sin ropas 7 veces la hoguera cura y protege de la incertidumbre
- Girar y danzar alrededor del fuego
Rituales de agua, regeneración y fertilidad
- Curarse de todas las enfermedades bañándose a medianoche en un lago
- Propiciar la fertilidad, asegurar la salud de los futuros hijos, lograr salud para todo el año era el objetivo del ritual del Baño de las 7 olas, en el que se espera de pie dentro del mar que pasen 7 olas, prestando especial atención a la última. Este ritual estaba muy arraigado en las comunidades de pescadores de la Península Ibérica y fue perseguido por la Iglesia y prohibido, considerado como algo diabólico.
Extracto del libro de Marianna García Legar, «La Rueda de Izpania» – Fiestas ancestrales de la tierra y espiritualidad matrística en la Península Ibérica. Marianna o Doña Loba, es la Fundadora de la Arboleda de Gaia, en el 2002 con el propósito de honrar la naturaleza femenina en el mundo para que ese cambio de conciencia se expanda hacia todo el entorno y sane, remedie, nutra, cobije y defienda la supervivencia de todos los seres y de nuestro hogar: la Tierra.
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