En el centro del pecho, y justo detrás del esternón, se encuentra la Glándula Timo. Durante mucho tiempo se la consideró poco importante y debido a aquella creencia se le prestó muy poca atención, pero hoy en día eso ha cambiado, se ha comprobado hasta qué punto su buen funcionamiento influye en el bienestar del ser humano. La Glándula Timo se encarga de producir los denominados linfócitos T, que entre otras cosas tienen un papel principal en el sistema inmunológico, tanto es así, que muchos estudios contra el cáncer y el VIH se centran en ellos.
Más allá de las reseñas científicas, es importante hacer hincapié en su peculiar comportamiento. La Glándula Timo, según sea tu estado de ánimo crece o decrece, y por consiguiente inhibe o estimula su secreción. ¿Y qué hace que se comporte de esta manera? La respuesta está en cómo gestionamos nuestro propio mundo emocional y en cómo nos sentimos habitualmente.
El Timo se ve afectado por dos sentimientos básicos, el amor y el miedo. Así, si transitas por la vida moviéndote en el rango de los sentimientos amorosos, como la gratitud, la confianza y el valor, el timo crece y se hace fuerte, y a la vez su actividad es más intensa con lo cual aumenta tu energía vital. Por el contrario, si vives instalado en los sentimientos derivados del miedo, como la ansiedad, la preocupación, el estrés, etc., el Timo se debilita y ralentiza su actividad, privándote también de su caudal energético. No es por casualidad que se le considere la llave maestra del sistema energético.
En la práctica de Yoga cuentas con grandes aliados que te ayudarán a fortalecer el Timo, existen infinidad de Kriyas (conjunto de ejercicios que trabajan un aspecto en concreto) y posturas, particularmente en Kundalini Yoga.
Un ejemplo son las posturas de Yoga invertidas: postura de la vela, postura del arado o postura de levantamiento pélvico, que trabajan directamente sobre nuestro sistema inmunológico. Aunque también hay que tener en cuenta las posturas de Yoga que proporcionan apertura en el pecho la postura del puente o del camello.
Cuando nos sintamos bajos de energía, tristes o abatidos, nos golpearemos suavemente el esternón con la punta de los dedos o con los nudillos con el puño cerrado, por lo menos unas 30 veces.
Pero más allá de todo, la fórmula que con toda seguridad va a hacer que tu Glándula Timo se ponga a funcionar felizmente es tener una actitud sana ante la vida, vivir el ahora, reír y vibrar.
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