¿Quién no ha disfrutado caminar descalzo sobre un césped fresco en pleno verano? O sentir la arena mojada en la playa masajeando suavemente la planta de nuestros pies… El buen tiempo nos permite disfrutar al máximo de la naturaleza, que sea en un parque si vives en la ciudad o en el campo o en la playa, si tienes la suerte de vivir en medio de la naturaleza. La práctica del yoga al aire libre es muy beneficiosa, más allá del simple hecho de estar fuera:
1. Abrir los ojos y observar el espectáculo de la naturaleza
Cuando hacemos un saludo al sol o una meditación de luna llena al aire libre, solamente nos hace falta abrir los ojos para visualizar el sol, la luna y todo lo que nos rodea, no tenemos que esforzarnos para visualizar un sol caliente en pleno invierno cuando hace frío. Estamos en medio de nuestro propio escenario.
2. Adaptarte a lo que te rodea
En el parque, en el campo o en la playa, la naturaleza te pone a reto, lejos de tu cómoda sala… Tu cuerpo se tiene que amoldar al suelo irregular, al calor, al viento, tu meditación se hace en compañía de algunas moscas o ruidos externos que te pueden incomodar. La tradición taoista antigua valoraba mucho la flexibilidad, dice que es la gran firmeza, aprender a ser flexibles como el bambú, que se mueve con el viento pero no se rompe.
3. Escuchar el sonido que nos regala la naturaleza
En kundalini yoga, practicamos mucho en clase con música y mantras, pero a la hora de estar en la naturaleza o en el parque, quién necesita escuchar música cuando el sonido de los pájaros y del viento en los árboles nos acompaña a lo largo de nuestra práctica?! 🙂
4. Romper con tus costumbres y salir de tu zona de confort
A lo mejor te puedes sentir intimidadx por practicar fuera y que te vean personas que no estén en la clase. Es la mejor oportunidad para salir de tu zona de confort, romper con tus hábitos y hacer que el cambio sea posible en tu vida. Si has conseguido cambiar un aspecto, podrás cambiar más cosas.
5. Estar presente, aquí y ahora
Ahora hace calor, más tarde sopla el viento, y mañana lloverá. Eso no tiene que ver contigo, es la naturaleza, tal como es, cambiante. Estés presente o no, el mundo seguirá girando. ¿De qué sirve quejarte porque el tiempo no es como tú lo quieres? No hay nada que puedas hacer. Sólo aceptar lo que hay. Y dentro de nosotros mismos también es así, a veces estamos irritados, fríos o lloramos. Pero todo pasará, como el calor, el frío o la lluvia. Volverá el verano, el calor, luego el otoño, llegará el invierno (que te guste o no…) igual que tú y tus emociones, cambiarán, volverán. Sólo mantente presente, flexible como el bambú y acepta lo que te rodea.
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